lunes, 13 de diciembre de 2010

HOY Y SIEMPRE, EN NUESTRA MEMORIA Y CORAZONES


Cada vez queda menos para despedirnos del 2010. Pero aunque vayamos a decir adiós al presente año, todos queremos seguir manteniendo recuerdos que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo, marcas que no se marcharán de nuestro corazón por mucho que pase el tiempo y cambien nuestras vidas.

Nuevamente, como vengo haciendo desde que sucedieron tan desagradables desgracias, quiero hacer pública mi tristeza y añorado recuerdo de quienes fueron y serán, `bases´ del baloncesto aragonés.

Vicente SanJuán. Sigue permaneciendo intacta la tan dulce llama de cariño que desprendías. Amigos de tus amigos, sin enemigos, corazón sano y personalidad entrañable. `El caramelico´.

Alfredo Alquézar. Una guía y diccionario del baloncesto formativo. El alma viva del claro ejemplo educativo hacia los niños. Nunca olvidaré tus visitas para verme, ni las cartas que me escribiste. Sigo a día de hoy negando borrar tu número de mi agenda.

Samuel Gil. Compañero de club, de familia noble. Seguro que allí donde estás sigues jugando al deporte que tanto amabas y por el cual dabas todo.

Nacho Pastor. Un mito en el baloncesto de nuestra ciudad. Sin creérmelo todavía, una enfermedad te aleja de nosotros, dejando un vacío descomunal. No tengo ninguna duda de que sigues estando aquí, jugando en el colegio Tío Jorge como te gustaba.

Jorge Mena. No diré muchas palabras. Mejor volveré a poner el artículo que se publicó en un blog de la web basketaragonés hace ya un tiempo.

" El tiempo pasa, pero somos muchos los que aún seguimos recordando aquel fatídico día, en el que la carretera se llevaba a un “currante” del mundo del baloncesto.
Jorge Mena ha sido, es y será una de las personas que más se ha dejado querer por el baloncesto aragonés, tal y como pudimos comprobar todos los que lo acompañamos en los últimos momentos. Nunca se había visto a tanta gente reunida para despedir a alguien, el cementerio se llenó de familiares y amigos, sobre todo jóvenes, que lloraban tan gran pérdida.
Jorge comenzó su carrera baloncestística en el colegio Escuelas Pías, donde junto a otros compañeros de fatigas como Manolo Villa o Miguel Lafuente y al apoyo del Padre Martín empezaron a tratar de impulsar el deporte de la canasta. Fue un duro trabajo en el que la ilusión y las ganas de trabajar por y para el baloncesto a la larga conseguiría dar sus frutos con un club: El C.D. Escolapios. Club que con el paso de los años ha conseguido convertirse en uno de los referentes en el baloncesto aragonés.
Su garra, ambición y sobretodo la ilusión que siempre ponía, pronto hizo que el club referente en la ciudad si fijara en él. Así el CAI Zaragoza (CBZ), dirigido por José Luis Rubio, empezó a contar con él dentro de su estructura y vio como sus ganas de trabajar y su ilusión se multiplicaban, y lo llevaban a entrenar equipos de grandes jugadores que alcanzarían grandes metas a nivel nacional.
Pasados los años decidió volver al club donde todo comenzó, con el fin de volver a colocar a Escolapios en un lugar que nunca debió perder: “estar entre los mejores”. Con un ambicioso proyecto de Primera Nacional, con grandes jugadores, y un Junior Masculino en el que destacaba la figura del entrenador y gran amigo suyo, J. C. Villanueva, se intentó colocar al club en lo más alto. El trabajo fue duro pero se consiguieron algunas de las metas: El junior se alzaba con la liga y sólo cedía ante un CAI Zaragoza en la final del Campeonato de Aragón. Lo del Nacional se hizo esperar, pero seguro que Jorge consiguió verlo, cuando hace dos temporadas Russo Escolapios alcanzaba la final de la liga y caía honrosamente en el tercer ante St. Casablanca.
Pero si algo destacó por encima de todas las cosas, dejando a un lado los resultados, triunfos y logros, fue la huella que Jorge dejó en jugadores y entrenadores. Grandes jugadores, hoy amigos y que siempre lo recuerdan como alguien muy especial dentro y fuera de las pistas , como David Anciso o Iván Carrascón, y entrenadores como Jose Carlos Villanueva que aún hoy lo añoran. Las amistades y el cariño de la gente hacia Jorge fue más allá de los límites de Aragón, en Asturias dejó también una huella imborrable tras su paso por los distintos Campus que allí se organizaron (Lena) y es por ello que se lleva a cabo cada año el memorial “Jorge Mena” en su recuerdo con la disputa de varios partidos en los que siempre forman parte los equipos de su querido club Escolapios.

La verdad es que nos quedaríamos sin líneas para hablar de las grandezas, anécdotas y diversas historias de ese “pequeño gran hombre”, como ya ocurrió tras su desaparición en las diferentes webs y foros que se llenaron con todo tipo de muestras de cariño, palabras de aprecio y recuerdos.
Recuerdos como los que aún resuenan en mi cabeza, unas de las últimas palabras de Jorge que nunca olvidaré: “Este será un gran año”. Claro que lo fue en esa ocasión y lo sigue siendo para mi cada año, porque siempre al comienzo de una nueva temporada intento recordar esas palabras y sobretodo la energía con la que las transmitía y su enorme ilusión, y pienso que mi mundo, el suyo y el de muchos de los que hoy leéis estas líneas es esto: EL BALONCESTO. Y que cada día que pasa, cada entrenamiento, cada partido, cada defensa, cada canasta, cada segundo en la pista o en el banquillo es un regalo que debemos vivir y disfrutar como Jorge hasta el último momento, porque es algo nos llevaremos y siempre nos quedará estemos donde estemos ".

Por último, permitirme también recordar a mis seres queridos, que tanto echaré de menos en estas fechas tan señaladas y familiares.
Hoy y siempre, seguís a mi lado.